Por Claudia Cagigas
Andares Zooterapia es un centro de rehabilitación con equinoterapia, destinado a personas con alguna discapacidad física o metal, pero también está abierto a quienes quieran tomar contacto con el caballo, montar y contactarse con la naturaleza o realizar turismo rural. Cerquita del centro de Chajarí, a sólo cinco kilómetros, es muy fácil llegar. Hay que tomar el camino que conduce al camping de la ciudad, a la altura de Citrícola Chajarí doblar a la izquierda (hay un cartel indicativo) y conducir dos kilómetros más.
La apertura del lugar a personas que no poseen alguna discapacidad física o mental “se fue dando con la misma demanda, con los hermanos de los chicos que van a montar, con los primos, con las madres… Tenemos todo para brindar el servicio: los caballos adiestrados, el servicio de emergencia, el parque con la casa, los sanitarios adecuados, toda la infraestructura y la naturaleza”, comentó Andrea Pizzio, profesora de Educación Física, formada en Equinoterapia.
Como responsable de Andares, Andrea explicó en el programa EL ESPEJO (Radio Show Chajarí), que no se trata de un centro donde se ofrezca equitación de salto o competitiva. “El servicio que se brinda es para personas o niños que quieren tomar los primeros contactos con el caballo, desde ir a buscarlo al campo, ponerle un bozal, aprender a acercarse, conocer la conducta del animal en manada y sólo, cepillarlo, rasquetearlo, ensillarlo… Todo eso hace que una vez que monte, tenga más confianza. Se gana en confianza, en autoestima, en una actividad física. Tengo personas con sobrepeso, que en lugar de salir a caminar, concurren a Andares. Entonces entre que vamos a buscar el caballo al campo, lo traemos, lo ensillamos, lo monta, se hace una hora de actividad física intensa sin que se den cuenta”.
También “tengo personas con depresión que me envían los psicólogos, gente que han sufrido un accidente cerebro vascular (ACV) que manda el médico y hacen una hora de actividad física”, indicó Andrea Pizzio.
¿De qué manera la actividad ecuestre ayuda a una persona depresiva?
“A la mayor parte de las personas les gusta el aire libre, la naturaleza. ¿Qué le manda el médico? Caminar, despejarse después de largas jornadas en una oficina o de estar sentado y Andares es un lugar ideal para eso. Después tenés el medio, que es el caballo: un ser tan noble que primero genera miedo, pero cuando lo empezás a conocer, cuando aprendés cómo acercarate, como tomar contacto, perdés el miedo, ganás en confianza y autoestima”, explicó.
“Se trabaja mucho con la propiocepción, se monta en pelo o con el caballo ensillado; podemos girar, acostarnos, hacer ejercicios de estiramiento. Abrazar el caballo…”, un sin fin de actividades que redunden en la parte física y emocional de cualquier persona.
También hay que tener en cuenta que la equinoterapia “no es solo una actividad a caballo sino con el caballo. Hay personas que no pueden subir porque han tenido una operación o porque aún tienen mucho sobrepeso, pero se pueden hacer actividad con el caballo”, sostuvo.
Todo este trabajo se realiza en forma personalizada. “Si no se la hace como corresponde, es una actividad de alto riesgo. Yo estoy con la persona. Trabajamos con caballos entrenados que traemos desde la Asociación Argentina –Buenos Aires- y los sigo entrenando acá. También he recibido turistas porque estoy integrada al circuito de Turismo Rural, entonces, si viene una familia de cuatro integrantes se diagrama una actividad que papá, mamá y los chicos pueden hacerla juntos. Hay padres de Chajarí que llevan a su hijo una vez a la semana o ellos mismos van a hacer alguna actividad”.
¿Cómo se trabaja la discapacidad con un caballo?
Toda persona que padezca alguna discapacidad física o mental, “debe venir con un pedido del médico tratante, puede ser del psiquiatra, del neurólogo o del pediatra. En base a eso me entrevisto con la familia, pido la historia clínica y me reúno con el equipo interdisciplinario de trabajo para determinar cómo lo iremos abordando y cuáles son las prioridades física y mentales del paciente”, explicó Andrea Pizzio.
“Para el que mira desde afuera, pareciera que se pasea arriba del caballo. Pero los que estudiamos permanentemente esta actividad, sabemos que el paso del caballo tiene distintas cadencias, se trabaja a distinto ritmo y eso provoca distintos impulsos desde la columna hacia el tronco, el cuello, la cabeza y la cadera. Si hay miedos, se busca la confianza, la independencia. También se trabaja la motricidad fina… Se relaja, se distiende, se trabaja dónde está el frente, arriba, abajo, como lo haría una maestra en la hoja. O con una pelota se tira a embocar en un aro, eso es precisión óculo manual”, explicó.
El gran problema que enfrenta la equinoterapia es el reconocimiento de las obras sociales
sin necesidad de amparo. “Es decir que sea una actividad nomenclada, reconocida, regulada porque hoy por hoy hay muchos centros de equinoterapia y hay que regularlos, no es poner un caballo manso y sacar un chico con discapacidad a pasear. Eso es lo que se vamos a discutir en los próximos días en Rosario: quiénes tiene que estar al frente, cómo, qué cuestiones no pueden faltar, cómo abordar cada discapacidad de acuerdo a lo que venga con el pedido médico…”
Andares Zooterapia. Un lugar que si lugar a dudas los chajarienses tenemos que conocer, valorar y cuidar para que pueda seguir andando…