Por el momento no tiene cura, pero sí hay medicación para lentificar el avance. La mayoría de los casos se da después de los 65 años. Una nota con la psiquiatra Ana Pascutti.
Por Claudia Cagigas
La enfermedad de Alzheimer o demencia se da mayormente después de los 65 años produciendo el deterioro del cerebro y, por tanto, la pérdida gradual de sus funciones. Esto ocurre porque “se va depositando una proteína que hace que las neuronas se desconecten entre sí muy lenta y progresivamente. Se usa la palabra demencia porque uno pierde la capacidad de ser quien es”, explicó la médica psiquiatra Ana Pascutti en el programa EL ESPEJO (sábados por Radio Show Chajarí). En el mismo sentido, aclaró que hay otro tipo de demencia que se da antes de los 50, que es hereditaria, por un gen que no funciona bien, pero son casos muy raros (la película Por siempre Alice refleja una historia así).
La mayoría de los casos de Alzheimer se da a partir de los 65 años. “No tiene cura y todavía no podemos contestar por qué esas proteínas comienzan a depositarse en el cerebro deteriorándolo lentamente”.
“Uno de los primeros síntomas es la pérdida de la memoria a corto plazo. Por ejemplo, dejo la llave en un lado, no la encuentro y no puedo recuperar el recuerdo. Si esto pasa, vayan al médico porque hay tratamientos que ayudan a proteger el resto del cerebro que no tiene esta proteína y a retrasar el avance de la enfermedad”, recomendó Pascutti. El problema es que cuando comienzan a aparecer los primeros síntomas, el desarrollo de la enfermedad lleva cinco o diez años. Y si bien el paciente quizás no puede recordar lo que almorzó, sí puede recordar lo que pasó hace 20 años y eso hace suponer que está todo bien.
Lo más importante es la aceptación
“Lo más importante es trabajar con la familia en la aceptación de los hechos, ir reacomodando las ilusiones que uno tenía de la vejez de los padres, del marido, de la esposa, de quien sea. El problema mayor es más el pariente que el paciente, porque el pariente no puede aceptar lo que le pasa al familiar; le insiste que haga un esfuerzo por recordar, cuando todo esfuerzo es en vano porque el recuerdo no conecta. Ahí se complica más porque la parte emocional del paciente con Alzheimer no se deteriora. Puede sentir la angustia del otro”, explicó.
“Si tu mamá ya no te puede abrazar o decirte que te quiere, siente igual! Abrazala vos, no te quedes trancado. Si vos llorás todo el tiempo, el enfermo sufre y no puede hacer nada. Entonces éste es el momento de mimar a tu mamá, perfumarla, acariciarle el pelo, hacerle las manos, ponerle crema… y te puedo asegurar que lo siente. No va a poder decirte ‘ay que divino’, pero estate seguro que te ama. Y si vos no querés expresarte así, expresate como quieras. Reconocete, no hagas algo que no puedas, por ejemplo, hay personas que se sienten obligados a cambiar a su madre porque es su madre, pero por favor no lo hagas con bronca o pudor porque ella lo está sintiendo. Contratá a alguien, trabajá tres horas más por día para poder pagar, en la vida siempre hay pérdida y ganancia. Entonces hay que ir balanceándolo porque si me auto exijo, termino mal y el otro recibe mal lo que estoy sintiendo y no puede expresarlo”.
La prevención
Alimentarse bien, hacer actividad física, no fumar, mantener relaciones sanas con las demás personas, unirse, respetarse, conocerse, llegar a tiempo con los primeros síntomas e ir aceptando lo que pasa, son recomendaciones generales para una buena vida.
A todo lo dicho, para el Alzheimer es importante el tema de “la reserva cognitiva: hacer crucigramas, cosas divertidas, reír”, sostuvo Ana Pascutti.
“La risa es muy importante porque genera endorfinas; las endorfinas son protectoras, liberan oxitocina y la oxitocina genera cariño. Hay gente que dice ‘no soy cariñosa’, bueno, empezá con una mascota para luego poder abrazar a otro ser humano”.
El poder de un abrazo
“El abrazo cura mucho, es muy fortalecedor porque de un cuerpo a otro se liberan oxitocinas y esto mejora la oxigenación cerebral. Cuando estamos muy tensionados y recibimos un abrazo es como que nos sentimos en baja porque las arterias se distienden, empieza a pasar más sangre y llega más sangre y oxígeno al cerebro”, explicó Pascutti.
¿Qué puedo sacar de positivo?
“Les invito a que escriban porque cuando uno escribe lo que está pensando y sintiendo, entran a funcionar tres circuitos del cerebro y eso hace que haya mejores conexiones nerviosas. También los invito a preguntarse ‘qué puedo sacar de positivo de todo esto’, porque siempre, siempre hay algo de positivo que sacar… Hay que empezar el camino de aceptación, buscar el milagro en el desastre y el milagro sería poder encontrar la parte positiva de aquello que es negativo”, concluyó la psiquiatra.