Por Claudia Cagigas
Hablar de aborto no es sencillo por los claroscuros que se entrejen entre las dos posturas antagónicas. Por un lado están quienes se oponen rotundamente, por considerar que se trata de “poner fin a una vida humana” y, por el otro, quienes aseguran que “cada mujer es dueña de su cuerpo y tiene el derecho de decidir por él”. Los claroscuros serían aquellas situaciones especiales como violaciones, embarazos en la niñez, entre otros. Un anuncio que sorprendió fue el del Papa Francisco, quien concedió a los sacerdotes la posibilidad de “absolver el pecado del aborto de manera indefinida”. No obstante, quienes defienden el derecho de la mujer a practicárselo, no entienden que se trate de un pecado. En esta nota presentamos sus argumentos.
“Soy madre de cuatro hijos y apoyo el aborto libre y gratuito. En Argentina mueren ente 7 y 10 jóvenes por día en abortos clandestinos”, sostuvo Daniela García, integrante del Colectivo de Géneros Concordia, como principal argumento. “Es mi cuerpo, yo decido sobre mi cuerpo. Estamos cansadas de que todo el mundo opine de con quién me acuesto, cómo me acuesto y cuándo decido hacer las cosas. Para eso necesitamos educación sexual integral (ley que está sancionada), para prevenir, para tomar conciencia de que no quiero que mi cuerpo sea juzgado, de que no quiero que se sigan metiendo las instituciones en mi cuerpo”.
Victoria Paiz, otra de las integrantes del Colectivo, agregó: “Me parece importante la frase que dice ‘anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir’. Se sabe que el índice de mortandad de mujeres aumenta a medida que disminuye la situación económica. Se sabe que en las instituciones donde se dan a luz a los chiquitos de mayores recursos están los mismos médicos que hacen abortos clandestinos a las hijas de esas mujeres que no quieren tenerlos. Pero también se sabe que la violencia obstétrica existe, que los abortos clandestinos se hacen igual, que las chicas de menores recursos llegan al hospital y se mueren o se las maltrata. Esto es algo que tiene que ver con todas y debemos ser solidarias”.
Ante la pregunta de los derechos del niño por nacer, Daniela García respondió: “Vida… Entraríamos en la eterna discusión que se elabora cuando se habla de aborto legal y gratuito. ¿Cuándo comienza esa vida? Sabemos que el sistema nervioso y el corazón recién comienzan a desarrollarse luego del tercer mes de gestación. Entonces antes podemos decir que no tiene vida. Es una eterna discusión… Yo quedé embarazada a los 15, no tuve la oportunidad de elegir, tampoco puedo decir qué hubiese hecho en ese momento, pero desde mi experiencia era una niña cuidando a otra niña. Mis padres se tuvieron que hacer cargo de esa niña. Hoy tengo 36 años. Llamalo zoncera, engaño, quien era mi pareja en ese momento era mucho más grande que yo, no se cuidó y quedé embarazada. Hoy sabemos que hay nenas de 11 años embarazadas”.
Al consultarle si hoy, mirando a su hija, siente que podría haberla abortado, Daniela manifestó: “Es fuerte lo que me preguntás porque la tengo al lado mío. Pero si yo hubiese tenido la posibilidad, te aseguro que lo hubiese pensado dos segundos y, lo hubiera hecho”, afirmó.
¿En qué estado queda la psiquis de una mujer que aborto?, es otro gran interrogante. “Lo que pasa es que hay que hacer un trabajo antes, durante y después. No es que hoy me levanto, me mandé una macana y busco una comadrona que me haga un aborto. He tenido contacto con personas que lo han realizado y no quedan bien, pero porque hay una sociedad que todavía señala, condena, objetiviza el cuerpo de la mujer”, respondió Daniela.
En este punto de la charla, Victoria insistió en el principal argumento de quienes están a favor del aborto: “Mi preocupación más profunda tiene que ver con las chicas que mueren por año. Recordemos que son pibas de entre 11 y 17 años que están muriendo en abortos clandestinos”.
En mi mente queda flotando el mensaje de una oyente del programa EL ESPEJO (Radio Show Chajarí), donde abordamos el tema. Decía: “El aborto es una acción violenta y con violencia no podemos generar más que violencia”. En lo personal no estoy a favor del aborto, pero si intento ponerme en la piel de una mujer que ha sido violada, de una niña que ha sido abusada, de una discapacitada abusada, me quedo sin palabras…