Una historia conmovedora que tiene que ver con el uso medicinal del aceite de cannabis.
Por Claudia Cagigas
Valeria Salech es presidenta de Mamá Cultiva Argentina; un grupo de madres que desafiando la ley, cultivan marihuana para curar a sus hijos. “Mi nombre es Valeria Salech. Soy esposa de Jorge y mamá de Emiliano y Ariadna. Ariadna tiene 14 años, es una nena sana, muy linda y con mucho talento. Emiliano tiene 11 años, estuvo los 9 primeros años de su vida dopado, con dos o tres anticonvulsivos simultáneamente más medicación psiquiátrica porque tiene epilepsia desde que estaba en mi panza y padece autismo, un poco como consecuencia de toda la medicación que tuvo que tomar”, sostuvo Valeria en el programa EL ESPEJO (Radio Show Chajarí), convocada para contar su historia personal en relación al uso medicinal del aceite de cannabis.
“Cansada de verlo drogado, dopado y siempre desconectado del resto de la familia, con mi marido buscamos otras terapias y encontramos en un portal de Facebook que una mamá en Estados Unidos le daba cannabis a su hija de 14 años que padecía epilepsia. Le suministraba cannabis en forma de roll on por los pies y la nena automáticamente detenía las convulsiones. Cuando vimos eso quisimos probarlo, empezamos a averiguar, estudiar y aprender sobre las distintas variedades de plantas y las distintas formas de administración”, contó Valeria.
El camino no fue fácil, pero la familia estaba decidida a seguirlo. “Enseguida nos acercamos a los cultivadores de Argentina, que nos ayudaron como nunca nadie y aprendimos a cultivar, aprendimos a hacer extractos de todo tipo; no solamente aceites sino también tinturas, cremas, pomadas y resina. Empezamos a tratar a nuestro hijo con cannabis y de tener un hijo dopado, medicado, desconectado, con convulsiones, con más de cuatro medicamentos encima; pasamos a tener un nene conectado, que nos mira cuando los llamamos, que sonríe, que participa en la mesa, que dejó los pañales al cumplir diez años, que ya no se babea, que sabe donde está, con quién está, que se enoja si nos vamos y que está aprendiendo a atarse los cordones. Eso a mí me lo dio la planta de cannabis y por eso decidí defenderla hasta el último día de mi vida”, subrayó Valeria Salech.
En marzo de 2017 el Senado Nacional Argentino convirtió en ley el uso medicinal del aceite de cannabis y en septiembre el Ejecutivo Nacional la reglamentó, restringiendo el uso terapéutico a pacientes con epilepsia refractaria.
En esa reglamentación parte del reclamo de las madres no fue tenido en cuenta no sólo por la limitación a esa única enfermedad, sino también porque no permite el autocultivo. No obstante, las madres lo continúan haciendo, porque conocen cómo elaborar un producto de calidad, pueden asegurar a sus hijos la continuidad del tratamiento y evitan pagar precios abusivos por un producto que hoy debe importarse o comprarse en el mercado negro sin saber si lo que se está comprando.
Sobre este último punto, la doctora Romina Hartwig, especialista en Tratamiento del Dolor, explicó en EL ESPEJO: “Una de las principales preocupaciones es el contenido de lo que comprás. Se han hecho análisis de 100 aceites: 50 solo eran aceite de oliva, 30 estaban bien y 10 estaban contaminados por bacterias, hongos, parásitos. Hubo un caso de fallecimiento aislado por aceite contaminado. Las mamás que cultivan, que aprendieron a cultivar el mejor aceite para sus hijos, tienen un montón de precauciones de asepsia para que esto no ocurra”.
Finalmente, la diputada nacional Carolina Gaillard (FPV) – una de las defensoras de la ley, agregó: “Después de 100 años de prohibición, tenemos una ley que no se implementó completamente pero tengamos paciencia. La mejor solución sería que la elaboración la haga un laboratorio público para que el Estado controle, pero a este Estado Nacional no le interesa porque no está de acuerdo con esta ley, sino hubieran hecho una mejor reglamentación. Nosotros vamos a presentar otro proyecto para modificar la ley actual, para que los farmacéuticos puedan realizar aceite de cannabis en las farmacias con recetas magistrales. Otra forma segura sería el auto cultivo y luego que el Estado haga un análisis de la sustancia para que sea segura. Pero eso depende del Ejecutivo Nacional y quiero decirlo con todas las letras”, subrayó Gaillard.
Ampliaremos.