Por Claudia Cagigas
Son perlitas de nuestra historia que poco se conocen, pero lo cierto es que donde actualmente se encuentra la Parroquia María Auxiliadora de Chajarí, estuvo a punto de levantarse lo que hoy conocemos como el Colegio San José. Claudio Hermosa, historiador local, indicó el sábado pasado en el programa EL ESPEJO (Radio Show Chajarí), que ese predio ubicado en calles Mitre, Moreno, 3 de Febrero y Rivadavia de nuestra ciudad, pertenecía a la Diócesis de Concordia.
La historia es así: “El padre Amil –radicado en Chajarí allá por 1919-, había gestionado ante las Hermanas Franciscanas de Gante de Paraná del Colegio Cristo Redentor, que envíen religiosas porque aquí estaba ausente la presencia de la Iglesia con una atención más directa hacia la mujer y hacia el rol social que las hermanas llevaban a cabo con los asilos. Era una época donde no había una mirada social muy fuerte de los gobernantes y la Iglesia se encargaba de los más humildes a través de los orfanatos y hogares de menores”, explicó Claudio Hermosa.
“Después de varias gestiones, en febrero de 1919 llegaron tres monjitas: Gilberta, Valentina y Wilfrides. Son las tres primeras hermanas que vinieron a Chajarí, eran belgas, llegaron a Paraná y de ahí fueron trasladadas a este lugar. Pero había que buscar un lugar donde ubicarlas, había que pensar dónde construir el asilo San José y ahí fue cuando el obispado tomó la decisión de levantar la comunidad franciscana donde hoy está la Parroquia María Auxiliadora. Era lógico porque la ciudad se venía corriendo hacia este lado, era un lugar ideal”, reflexionó.
Ya con las hermanas en Chajarí, durante todo 1919 se realizó una campaña para reunir elementos para construcción del hogar o asilo. Se llamaba así porque, además de dedicarse a la educación, estaba el hogar para los chicos de menores recursos. Entonces el pueblo y la colonia comenzaron a colaborar donando todos los materiales que se necesitaban, pero había un solo inconveniente: la celebración de las misas tenían lugar en la Parroquia Santa Rosa y en esa época quedaba lejos.
“Cuando ya se había reuniendo mucho material como para comenzar a levantar las paredes del hogar, sucedió algo inesperado: dos vecinas donaron sus terrenos que estaban en 9 de Julio y las vías, donde actualmente está el Colegio San José, para que se lo construya allí. Se llamaban Sara Casilda Mercader de Torrabadella y Maragarita B de Siburu, eran dos feligreses del barrio Santa Rosa”, agregó el historiador.
“La gran ventaja era que estaba más cerca de la parroquia donde se celebraban las misas… Así, en 1920 se comenzó con la construcción del Colegio San José, empezó la escuela inicial, la escuela primaria y esa enorme misión que llevaron a cabo las hermanas en la región”, rememoró.
En cuanto al predio inicialmente pensado, durante mucho tiempo quedó así, descampado y fue utilizado para la instalación de los circos que llegaban a la ciudad.
“Mucho más acá en el tiempo, comenzando la década del 60, el padre Max Wendler, con esa sensibilidad para darse cuenta de lo que era necesario, advirtió que la comunidad crecía para ese lugar y que era necesario levantar otra parroquia”. Entonces comenzó a trabajar y, nuevamente con la ayuda de los vecinos, logró levantar una capilla chiquita.
“Si uno va a los papeles, recién en 1969 monseñor Roch, de la Diócesis de Concordia, avala formalmente la existencia de la Parroquia María Auxiliadora con el nombramiento del padre Gallay. Pero la vida de esta parroquia comenzó varios años antes, en 1960, cuando el padre Max levantó esa capilla chiquita”, relató Hermosa.