Gustavo Markich, encargado de La Casa de los Abuelos, cuenta cómo viven y de qué manera se recuperaron muchas personas que estaban en la calle o deambulaban sin contención.
Por Claudia Cagigas
La Casa de los Abuelos está ubicada en Belgrano y 1° de Mayo de Chajarí. Allí viven muchos “olvidados”, pero también muchas personas con familias presentes que se ocupan y ayudan. “La Casa de los Abuelos es su casa. Es una gran familia. La idea es que quienes allí conviven no se sientan un paquete, sino que estén a gusto, compartiendo con otros”, contó Gustavo Markich en el programa EL ESPEJO.
Sesenta y dos personas comparten el lugar. Algunos poseen patologías mentales o neurológicas; otros fueron rescatados en situación de calle y con problemas de adicción; otros fueron derivados desde el hospital por intentos de suicidios y otros no poseen ninguna patología compleja.
Atender a tantos y con situaciones tan diversas no es sencillo, pero hay un equipo humano que se encarga de dar lo mejor de sí: profesionales de la salud mental; el Ministerio Nueva Generación con un “trabajo tremendo en materia de contención, recuperación de adicciones e intentos de suicidios”, la gente de Manos Solidarias asistiendo en lo que haga falta y muchas personas más que hacen su aporte desinteresado.
Cuando uno entra al lugar se encuentra con algunas caras desconocidas, pero también con muchas personas de Chajarí que acostumbrábamos ver en situaciones de calle, marginalidad y adicciones. Y se los ve bien, recuperados, contenidos y hasta con una sonrisa.
En el video que te dejamos más abajo, podrás conocer qué pasó con muchos de ellos, como por ejemplo Víctor Hurundés, aquel hombre que vivía en la ex estación del ferrocarril, alcoholizado y que fue llevado a Casa de los Abuelos luego de las terribles quemaduras que sufrió al quedar dormido al sol en pleno verano. O María Pucheta, aquella mujer que recorría las calles, rodeada de un sinfín de perros…. “A María la estafaron… La dejan en la puerta de la comisaría y de allí me la trajo el patrullero. Así ingresó a la Casa de los Abuelos. Estaba asustada, lloraba… Hoy ha recuperado su vida. Está de novio con Claudino -un señor que también vive en el lugar-. Un día, Gabriela Lena nos visitó, le sacó una foto a la parejita, la subió a fase y a partir de ahí la familia de María, que está en Buenos Aires y no sabían nada de ella, la pudo localizar y una o dos veces al año sus hermanas vienen a visitarla”.
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