Sé que la emociones distorsionan la memoria. Y es entonces en momentos como ahora, donde la cuesta se hace más arriba, que te imagino golpeando la puerta de mi casa. Prestándome la atención que hoy necesito. Abrazándome los miedos para que me dejen descansar un poco. La respuesta que solías improvisar a preguntas que te hacía como quién se arrodilla frente al altar de sus muertos más queridos pidiendo luz.
Aire
Ayuda
Camino
Consuelo
Mi recuerdo está desfigurado, y lo sé. Estoy dejando atrás todo el daño que dejaste solo porque la urgencia se come lo importante. Y ahora lo único que necesito es tu presencia. El amor que parecía que me dabas. Tu manera de hacerme creer que eras las dos manos enormes que reemplazaban a las mías tan chiquitas. Tan inútiles. Tan poca cosa en medio de semejante caos.
Comprendo que todo recuerdo es en algún punto una especie de alucinación.
Una malformación de la cabeza que solo intenta poner un paño frío a la vida cuando tiene tanta fiebre.
Pero no me preocupa eso. Soy lúcida y tengo los recursos para darme cuenta de mi autoengaño. Claro que lo sé. Me conmueve haber creído que por fin te habías muerto y sin embargo hoy descubro que solo estabas dormido.
Haciendo silencio.
Escondido
Tapado
Ahogado
Invisible
Y sin embargo acá te tengo de nuevo adentro golpeando para salir un rato.
Y no.
No es amor.
No es melancolía.
No es nostalgia.
Ni siquiera sos un duelo mal resuelto.
Pero, me apena saber que de vez en cuando fuiste la sal en la herida que todavía no encuentro.