
Buscamos ENTENDER para despedirnos como corresponde.
Para hacer justicia al amor que pusimos.
Para cerrar la historia en paz y armonía.
Para que la duda no sea una espina en el medio del pie.
Explicaciones.
Causas.
Motivos.
Razones.
Algo que nos calme la ansiedad de un círculo que nuestra cabeza no puede terminar de unir.
Y quizá no.
No se pueda.
No tengamos acceso nunca a ese conocimiento.
Quizá, esa puerta, siempre permanezca con una llave puesta.
¿Pero a quién le importa?
¿Desde cuándo tengo que entender por qué hace frío para ponerme una campera ?¿Acaso no alcanza con sentirlo?
No siempre tengo que entender para hacer algo al respecto.
Podemos despedirnos igual.
Podemos seguir viviendo igual.
Podemos darle un cierre igual.
¿Cómo ?
Mirando la verdad.
Oliendo la verdad.
Tocando la verdad.
Escuchando la verdad.
Aceptando la verdad.
A veces para cerrar alcanza con abrir los ojos y hacer fuerza para no cerrarlos.
Aunque duela.
Porque hay dolores que funcionan como el mismo entendimiento.
¿Duele?
¿Si?
Entonces ese, quizá, es el punto final.