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18 diciembre, 2017

El cáncer como camino para la sanación interna

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Apostar a la vida es un grupo de Chajarí compuesto por personas con cáncer. Juntos recorren el camino de la sanación y curación.

 

NORA BORGHESAN, GRACIELA ALVAREZ, SILVANA SÁNCHEZ Y NORA SEGALA. Integrantes de Apostar a la Vida.

 

Por Claudia Cagigas

Puede ser cáncer o cualquier otra enfermedad. Lo cierto es que si sabemos aprovechar la oportunidad, que a priori parece lo peor que nos puede pasar, puede convertirse en una poderosa herramienta para transformar positivamente nuestra vida. Quien no haya transitado aún por una situación tan extrema puede considerar esta afirmación un consuelo de tontos, no obstante hay quienes dan fe de ello y se les nota en el rostro.

 

Nora Borghesán, Nora Segala, Graciela Álvarez y Silvana Sánchez son cuatro de las tantas personas que integran Apostar a la Vida; un grupo conformado por personas con diagnóstico de cáncer que se reúnen para transitar juntos el camino de la sanación y curación. “No nos reunimos a llorar la angustia del otro o con pesadumbre; muy por el contrario si podemos llegar bailando o cantando lo hacemos porque permanentemente buscamos vivir un momento agradable. Si hay que sacar algo o llorarlo se lo llora. Es un proceso de sanación que vamos transitando, permitiéndonos sacar cosas porque a veces estas enfermedades se producen por cuestiones que vamos guardando como un baulito”, dijo Nora Borghesán.

 

Venciendo la angustia y los miedos

La palabra cáncer tiene una carga muy pesada y shockeante. “La carga existe, creo que es común a todas las personas que recibimos un diagnóstico de cáncer porque siempre lo asociamos a muerte, aunque después, en el tránsito de la enfermedad, el tratamiento y las reuniones con el grupo, empezamos a pensar diferente. O sea, sacamos la muerte del medio, apostamos a la vida y luchamos por ella. Pero es inevitable tener miedo, angustias, desazón y conectarse con la muerte; es un proceso normal de cualquier ser humano. Si bien en este momento hay muchas chances de cura, de tratamiento o de alargar nuestra vida, yo con mi mente transito la sobrevida y quiero que sea la mejor cada día”, agregó Nora.

 

“La familia es un tema que inquieta…Hay miedos que podés empezar a hablar cuando pasa el tiempo, podés empezar a contar que tenés miedo a morirte, que tenés miedo a dejar tus hijos chicos, te comunicás permanentemente e incluso uno mentalmente se va organizando si estás próxima a una fase terminal. Uno no es tonto. Entonces creo que si bien esta enfermedad es fea, da tantas chances… creo que la mejor posibilidad es sanar nuestra alma. Organizarnos y organizar a los demás, la enfermedad no es linda pero la chance sí”, sostuvo Nora Borghesán con absoluta franqueza.

 

“Una psicóloga decía, ¿te preguntaste para qué? Y a mí me dolía. Pero después que transitás el tratamiento y las cosas se van dando vuelta, uno sufre una transformación muy grande. Entonces entendés para qué pasó tal cosa. Nadie quiere que nos pase pero si nos pasa hay que aceptarlo, cargarlo y tratar de vencerlo de alguna manera”, deslizó Graciela Álvarez.

 

 

Crecimiento espiritual y sanación

“Siempre detrás de algo tan desagradable o tan fuerte viene el crecimiento personal. Sí o sí se da. Es maravilloso lo que la gente cuenta que pudo lograr: sanaciones espirituales, sanaciones de relaciones familiares… Lo importante es que todos esos miedos y dolores uno los pueda elaborar de manera tal que los pueda hablar bien, porque si vamos a sacarlo con ira, con rabia y lacerando otros corazones no sirve, porque terminamos provocando el mismo daño que tenemos adentro en otra persona”, dijo Nora Borghesán.

 

Todas coincidieron en que el paso más importante es la aceptación. “Muchas personas no aceptan lo que les está pasando, ni el tratamiento, ni la enfermedad ni la curación. Entonces empiezan a hacer una obstrucción del proceso de curación. Es lo que vemos en el grupo”, sostuvieron.

 

Nora, Nora, Graciela, Silvana y otras tantas personas apuestan a la vida día a día, pero de una manera conciente. La enfermedad les mostró el camino y la importancia que tiene una actitud positiva ante cada vicisitud de la vida, sea una enfermedad o cualquier problema que se nos presenta.

 

Cada uno es libre de elegir: o nos quedamos estacionados en el dolor o luchamos por hacer un click interno para aceptar lo que nos toca y transformar positivamente nuestra vida, entendiendo que la felicidad no es un estado que alcanzamos para siempre sino pequeños momentos diarios que la vida nos regala y que tenemos que buscar y aprovechar.

 

El grupo de autoayuda Apostar a la Vida es una poderosa herramienta para esto. Funciona en AALCEC Chajarí (Champagnat y Pancho Ramírez).

 

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